La industria de acero en América Latina refleja una recuperación en su ritmo de crecimiento, restableciendo hornos y ampliando sus operaciones siderúrgicas, informó  Alacero.

Hasta el momento,  hasta el momento en algunos países la  reactivación se visualiza de forma de “V,  aunque se está lejos de volver a los niveles previos a la crisis del covid-19.

En este escenario, las cifras de producción de acero crudo del mes de agosto mantuvieron una tendencia positiva, sumando un total de 4807 millones de toneladas, que representa un aumento de 7.9% en comparación con el mes anterior.

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Pese al aumento de la producción del mes, impulsado por Brasil México y Argentina, el resultado quedó 2.4% por debajo de agosto del año pasado.

En cuanto a productos laminados, la producción de aceros largos creció 9.5% durante el mes, frente al 15.9% de plano.

Sin embargo,  la producción de tubos sin costura sigue deprimida a pesar del crecimiento del 17.9% con la relación del mes anterior, la producción mantiene una baja de 62.9% respecto a agosto del año pasado.

Acero en la región

El consumo de acero latinoamericano creció en julio 2.9%  en comparación con el mes anterior,  Prince príncipe principalmente Argentina  Colombia,  México y Brasil,  que registró su mejor mes del año.

Sin embargo, disminuyó 19.7% respecto al mismo mes de 2019,  y retrocedió 15.4% interanual en el acumulado de enero a julio. 

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Las menores importaciones contribuyeron a una mejor balanza comercial, cuyo déficit alcanzó su nivel más bajo desde octubre de 2011.

“Para mantenerse al día con la mayor demanda,  la industria se está recuperando con una mayor producción,  reiniciando altos hornos y aumentando la producción de acero”,  dijo Francisco Leal,  director general de Alacero.

Comercio internacional

El desacople de las cadenas globales se acentuó por las disputas comerciales.

Con la aplicación de una política restrictiva por parte del gobierno estadounidense ante las tensiones comerciales con China,  y los mayores costos de producción,  se acentuó el proceso de fragmentación de las cadenas globales de valor por la reubicación nacional.

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 “Frente a este escenario, reiteramos que es una misión actual de los gobiernos promover su competitividad,  sus instituciones en su infraestructura para atraer inversiones en un momento crítico,  donde existen oportunidades para los países latinoamericanos”,  dijo Alacero.

En ese contexto,  México es una opción lógica de nearshoring por su cercanía con el mercado de Estados Unidos,  y la existencia del T-MEC con ese país y Canadá.

También Colombia podría beneficiarse gracias a su uso horario favorable y la perspectiva de mejora económica en el mediano plazo, lo que podría ocurrir con otros países de la región. 

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Para aprovechar estos beneficios y oportunidades de desarrollo de la región,  concluyó Alacero,  es necesario que los gobiernos estimulen el interés de inversionistas nacionales y extranjeros mediante estrategias de promoción y fomento,  estabilidad económica y respeto por el estado de derecho.

Texto recuperado el 20 de octubre del 2020 de opportimes.com