Los objetivos de infraestructura en Colombia para el 2020
Teniendo en cuenta las obras que están en ejecución, las contratadas en el último semestre y las que tendrán contrato firmado en los primeros meses de 2020, se puede decir que el sector de la infraestructura seguirá siendo uno de los grandes motores de la economía.
El reto más importante será conseguir el dinero para los proyectos que marcarán el camino en la próxima década.
Lo que van a inaugurar
2020 también será el año de las inauguraciones de grandes obras de infraestructura que el país ha esperado por años. La primera y más sonada en medios es el Túnel de la Línea, el cual está previsto que entre en operación en el cuarto trimestre.
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La obra que ya está lista es el nuevo Puente Pumarejo, que se inaugura este 20 de diciembre. En los próximos meses también estarán listos el puente Yatí-Bodega, el segundo viaducto de Gualanday (Tolima), y los nuevos puentes de Honda y Puerto Berrío.
Nuevas fuentes del Invías
El director del Invías, Juan Esteban Gil, anunció que la entidad analiza varias opciones para incrementar el presupuesto de los próximos años. Entre las nuevas fuentes estarían: recursos anticipados de peajes, contraprestación portuaria, valorización, regalías, explotación de publicidad en carreteras, optimización de activos, obras por impuestos, obras derivadas de responsabilidad social empresarial, cooperación internacional, cooperación con ONG, modelo de financiación vial regional, permisos de carga pesada y extradimensionada, aprovechamiento forestal, bancos de hábitat, áreas de servicios CCO y CDA y titularización de activos.
Con esta nueva visión preliminarmente estimamos un potencial aproximado de $6,2 billones.
Lo que falta de 4G
El presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura, Manuel Gutiérrez, tendrá dos prioridades en 2020, además de sacar adelante la 5G de concesiones viales. La primera es terminar de enderezar los contratos de 4G que no han logrado iniciar o presentan problemas en su ejecución. Mulaló – Loboguerrero o las concesiones de los Solarte que no se han cedido, son solo algunos ejemplos. La segunda gran tarea será recuperar la confianza en el sector con proyectos mejor estructurados.
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Una de las opciones analizadas consiste en destinar un porcentaje de cada contrato nuevo para obras sociales en las comunidades del área de influencia. En la otra acera están los constructores y la banca local, a la expectativa de un esquema que permita facilitar la inversión. En medio de esas discusiones aparecen nuevos jugadores del sector, como operadores (tipo ISA) y financiadores, como los fondos de inversión de Estados Unidos, Asia y Europa. Será un año retador.
Canal del Dique y río Magdalena
En el tema de navegabilidad es necesario sacar adelante el contrato para la construcción del Canal del Dique, el cual requiere invertir $2 billones. Este proyecto incluye construir varias compuertas (un desafío de la ingeniería en Colombia) que eviten que amplias zonas de la región Caribe se inunden en temporada de lluvias.
Otra licitación clave que no se ha logrado concretar en los últimos años es la APP del río Magdalena, cuya inversión de una primera etapa estaría sobre $600.000 millones. Por último, el Gobierno tendrá que definir las reglas de juego para que los actuales operadores portuarios puedan ampliar las inversiones a pocos años de vencerse los contratos.
El año de la 5G
La cuarta generación de concesiones (4G) tuvo tantos problemas que el gobierno nacional ya está buscando los recursos que le permitan sacar adelante una renovada generación de proyectos viales. Los cambios para este nuevo listado de proyectos pasan por mejores relaciones con las comunidades y una distribución de riesgos de construcción más justa.
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El Ministerio de Hacienda trata de buscar los recursos, que podrían provenir de mejores rentas petroleras y del Banco de la República. Mientras tanto, la ANI ha planteado necesidades en proyectos clave como la doble calzada entre Popayán y Pasto, la concesión en dos contratos de la Ruta del Sol 2, ALO sur, Accesos Norte 2, Buga-Loboguerrero (faltan 25 kilómetros), Accesos Cali – Palmira, IP Pereira-La Victoria, IP Villeta-Guaduas, Santuario – Cañoalegre (Antioquia) y la vía Tunja-Moniquirá-Barbosa.
Comienza el Metro
Si lo bogotanos creen que en el primer semestre verán en la Avenida Caracas grandes obras y maquinaria para el metro, se llevarán una sorpresa. Esas grandes intervenciones están programadas hacia 2021 y 2022.
Eso no quiere decir que 2020 no hagan nada. El consorcio chino constructor, integrado por China Harbour Engineering Company Limited (Chec) y Xi’An Metro Company Limited (hoy, Xi’An Rail Transportation Group Company Limited), tendrá que realizar en 2020 los diseños de detalle, conseguir el cierre financiero e, incluso, comenzar las obras en el patio taller ubicado en Bosa. En el corto plazo tendrá que presentar y aprobar la garantía única, estar al día con las certificaciones del régimen de seguridad social, suscribir el patrimonio autónomo y firmar con los contratistas.
También deberá suscribir el contrato de interventoría por $317.000 millones y el cual se extenderá por un periodo de 11 años. Esta otra licitación incluye la fase de diseño, construcción y los primeros años de operación.
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En aeropuertos
En infraestructura aérea se pondrá al servicio el próximo año la nueva terminal de Leticia y se espera contratar el nuevo aeropuerto de San Andrés.
Barranquilla también tendría listas las remodelaciones del Aeropuerto Internacional Ernesto Cortissoz, mientras que Pereira y Armenia avanzan en nuevas intervenciones.
El Gobierno también se ha comprometido en sacar adelante la terminal aérea de Aerocafé, que mejoraría la conexión con Manizales. Del mismo modo, se espera avanzar en el nuevo contrato para ampliar la capacidad del aeropuerto El Dorado de Bogotá. En Cartagena se debe definir si la mejor opción es un segundo aeropuerto o ampliar el actual.
Texto recuperado el 7 de enero del 2020 de dinero.com
