Un vistazo al futuro: urbes marinas | FINAL

Un vistazo al futuro: urbes marinas | FINAL

Energía para 200 hogares

El proyecto Ephemere Highrise, del arquitecto búlgaro Dimo Ivanov, ha sido el ganador del premio Focus. Propone la idea de una central eléctrica flotante asociada a una estación de recarga para grandes baterías de metal líquido alojadas en contenedores.

Estas baterías recargables de alta capacidad, aún en desarrollo, han sido ideadas por el profesor Donald Sadoway, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) de EE. UU. Están elaboradas con metales fundidos que se separan naturalmente,formando dos electrodos líquidos, uno a cada lado de un electrolito de sal fundida.

El equipo del Sadoway y la firma Ambri desarrollan baterías gigantes que cabrán en un contenedor de 40 pies (unos 12 metros de longitud) para colocarlas sobre el terreno, con una capacidad de dos megavatios-hora, una energía suficiente para satisfacer las necesidades eléctricas diarias de 200 hogares, según el autor del proyecto.

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“El sistema Sadoway-Ambri consta de varios núcleos que se encadenan entre sí y se conectan a la red eléctrica. Su configuración es modular, con lo que se puede personalizar para satisfacer las necesidades específicas del cliente”, explica Ivanov.

Estas centrales aprovecharán fuentes de energía renovables y limpias para producir electricidad: la energía obtenida a partir de los vientos marinos, las olas y las mareas. Podrán ubicarse, diseñarse y construirse para que protejan nuestros frágiles ecosistemas oceánicos y costeros.

Estas estructuras oceánicas elevadas de alta tecnología, con la forma de una gigantesca aleta emergiendo de las aguas, no solo generarán y almacenarán electricidad, sino que además cumplirán otras funciones, como proporcionar espacio vital, educación, gestión de recursos, investigación e ingeniería.

Un arrecife artificial habitable

El proyecto Biolum Reef, de los arquitectos Olivier Bocquet y François Desruelles, y los investigadores oceanográficos Lisa Tanet, Laurence Casalot y Christian Tamburini, busca promover el desarrollo de la biodiversidad marina mediante un arrecife impreso a partir de residuos plásticos, con varias funciones y bioluminiscente (con luz de origen biológico).

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Este trabajo francés, que obtuvo el premio Coup de Cœur, está pensado para los ecosistemas marinos expuestos a riesgos ambientales, como la acumulación de residuos diversos, la erradicación de praderas de alga posidonia, la erosión costera y la contaminación, como ocurre en el archipiélago de Frioul, situado en el Parque Nacional de las Calanques, en Marsella (Francia).

Según sus diseñadores, el arrecife Biolum Reef, enmarcado dentro de la arquitectura biomimética, servirá de barrera natural al mar abierto –cuyas olas erosionan la costa–, generará su propia electricidad a partir de la energía de las olas y el sol, y ayudará a mantener a los barcos fuera de las praderas de posidonia.

Este proyecto propone crear dentro del arrecife tres hábitats semisumergidos donde se desarrollarán actividades científicas y artísticas relacionadas con el océano y abiertas al público.

Los desechos orgánicos y plásticos y las aguas sucias se utilizarán para la producción de biomasa de algas, iluminación bioluminiscente, energía renovable, agua potable, sal y diversos alimentos, e incluso para la impresión en 3D del arrecife, descontaminando y creando condiciones para una vida marina autónoma, con un impacto positivo en el medioambiente.

Este arrecife artificial estará habitado por una multitud de especies, tanto en su interior como en su periferia, y será el escenario de paseos submarinos

Por Ricardo Segura
Texto recuperado el 20 de agosto del 2018 de eltiempo.com