La arquitectura detrás de Star Wars | Final

La arquitectura detrás de Star Wars | Final

Léase también: La arquitectura detrás de Star Wars | prt. 1

El complejo consiste en diversas galerías dispuestas en torno a los rayos verticales de plasma, emitidos de los núcleos del reactor en el subsuelo. El complejo es accesible desde el adyacente ‘Hangar de Theed’; se puede apreciar mejor durante la invasión droide dirigida por la Federación de Comercio Galáctico.

El Palacio Real de Theed, es una enorme edificación en bloques de piedra arenisca, compuesta en su volumetría por torres, bovedas y cúpulas cubiertas de azulejos verdes. Es el complejo urbano más grande de Theed, y fue el hogar del gobierno planetario y el centro de reunión de diplomáticos y embajadores extranjeros. Una estructura central en forma de tambor es el elemento principal, coronado con una aguja de gran altura que se estrecha conforme se erige hacia lel cielo.

Ubicado al borde de un imponente acantilado, el palacio exhibe varias torres de vigilancia en su cara rocosa, colocadas para defender la retaguardia desde el valle. Las adiciones al palacio durante cada nueva administración eran tradicionales y una manera para que el nuevo monarca ganase el favor de sus constituyentes. El palacio estaba rodeado por un vasto complejo de jardines. Lleno de amplios pasillos cavernosos elaborados por los propios artesanos de Naboo, el Palacio Real fue un escaparate de los grandes escultores y artesanos del planeta.

Por otra parte, la arquitectura imperial es rígida. George Lucas se inspiró para ello en la arquitectura romana. Así, la belicosa imagen de las tropas de asalto de clones perfectamente alineados encaja con los grandes espacios abiertos y la fría arquitectura de los edificios, destinada a destacar el orden y la simetría por encima de todo lo demás, además si mencionamos la escala de sus espacios, sus gigantescas dimensiones anti-humanas dejan claro que la estructura política del Imperio está por encima de los individuos.

También encontramos gran homogeneidad en los edificios e instalaciones imperiales empleando las mismas formas y materiales. Por una parte, esto predispone al espectador a percibir al imperio (a través de sus instalaciones) como hostil con el entorno, impropio, definitivamente invasor e, incluso, la falta de sensibilidad hacia los habitantes de los lugares ocupados, a quienes el imperio no reconoce sus habituales usos y costumbres o gustos. Pero también señala el pragmatismo de la producción en serie de un imperio basado en el orden militar. El Imperio es orden, razón, homogeneidad y eficiencia. Se pueden ver ejemplos de estas construcciones en los hangares del imperio, la flota imperial o la ‘Estrella de la Muerte’.

Léase también: Base británica en la antártica inspirada en Star Wars

La Estrella de la Muerte (Death Star), mejor conocida en el imperio con el nombre de ‘Estación de combate orbital DS-1’, fue una estación espacial militar de 120 kilómetros de diámetro, construída por el ‘Imperio Galáctico’, diseñada para mantener la ley y el orden a lo largo del universo con la amenaza de la destrucción planetaria. Poseía un súper láser capaz de destruir planetas enteros.

La Estrella de la Muerte II (Estación de combate orbital DS-2), fue la segunda estación de combate construida por el Imperio Galáctico. Con un diámetro de 900 kilómetros, superó el tamaño de su predecesora la Estrella de la Muerte I. Su construcción fue impulsada por el Emperador Palpatine después de la destrucción de la primera estación en la Batalla de Yavin, con intención de usarla como pieza clave de la trampa que preparó para acabar con la Alianza Rebelde y dejar la Galaxia en manos del Imperio.

La Estrella de la Muerte, una de las creaciones más importantes dentro del universo de las películas, refleja el contexto político del tiempo en el que Lucas ideó su historia: la Guerra fría. La década de los setenta seguía siendo un tiempo de tensión entre el bloque occidental y los países comunistas.

Léase también: 6 tecnologías que cambiarán la construcción

«En las bases del Imperio vemos un estilo minimalista en el interior, muy ordenado pero combinado con escalas muy grandes, como en los hangares espaciales. Son características de la arquitectura comunista, que buscaba hacer sentir diminutas a las personas; era una época en la que también la arquitectura funcionó como un mecanismo de control de masas», dice Javier Loeza Biophillick, de la facultad de Arquitectura de la UNAM.

Esta sencillez y orden está también presente en la oficina del canciller Palpatine, que aunque tenga detalles teatrales y grandes ventanales, no está cargado de muchos elementos. A pesar de ser un espacio luminoso, predomina una sensación de frialdad por los materiales tan duros de su decorado.

Y para hablar de la arquitectura industrial, contamos con ejemplos de un diseño más funcional en infraestructuras industriales como la mina gas de Lando Calrissian. Aunque los espacios habitables son, básicamente, parecidos a todos los demás, detrás de cada puerta podemos encontrarnos con un acceso a una zona industrial que muestra las instalaciones y la maquinaria. Otro ejemplo lo encontramos en el planeta Kamino, donde se creó el ejército de clones para la república que sería utilizado por el emperador para acceder al poder en las llamadas Guerras Clon.

Léase también: Robots en la construcción, ¿aliado o enemigo? | final

«Hay mucha influencia del movimiento de la arquitectura utopista en la creación de escenarios de ciencia ficción. El futurismo italiano es otra de las corrientes con más presencia, que propone usar escalas antihumanas, estructuras que apuntan hacia el espacio aéreo y la estética de las máquinas», —comenta de nuevo Biophillick. Los esquemas de los mundos revelados en los nuevos episodios I, II y III, aunque elaborados con mucha más tecnología, no contaron con la participación de Ralph McQuarrie.

La arquitectura mostrada en las nuevas ciudades dista mucho del imaginario original de la Guerra de las galaxias. Sus estructuras remiten más al movimiento metabolista de los arquitectos Kenz? Tange y Kisho Kurokawa, cuyos proyectos están inspirados en el universo microscópico de la naturaleza.

En el 2012, George Lucas vendió Lucasfilm a Disney por 4.000 millones de dólares. Entre sus primeros anuncios estuvo la producción de una nueva película y la serie animada Star Wars Rebels. Para los dos proyectos acudieron a los archivos de la saga para recuperar las ilustraciones de McQuarrie, guardados en el rancho Skywalker, propiedad de George Lucas, en California.

Por Paula Rendón
Texto recuperado el 27 de junio del 2018 de infinitylab.net