Inteligencia artificial en la construcción

Inteligencia artificial en la construcción

El sector de la construcción se moderniza. Gracias a la Inteligencia Artifical (IA), la supervisión de obras será más fácil que nunca. Además, la tecnología permitirá ahorrar millones de euros anualmente, detectar retrasos y garantizar la máxima seguridad de sus trabajadores.

El proyecto de la firma israelí Buildots combinará la IA con la tecnología más puntera del mercado para monitorizar una de las tareas más importantes para la sociedad y evitar fallos de construcción antes de que se produzcan. Buildots instalará cámaras con visión 360 en los cascos de los albañiles para mapear y rastrear el progreso de la construcción. De esta forma, la cámara en su cabeza capturará instantáneas del proyecto y las introducirá automáticamente en un software de reconocimiento de imágenes, lo que permitirá comparar los avances de la obra con un modelo virtual gemelo y advertir a tiempo de problemas potenciales o irregularidades.

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La construcción es una tarea compleja que requiere de una especial supervisión para garantizar la seguridad de todos los trabajadores. Además, los fallos y las demoras salen especialmente caros en el sector. La consultora Mckinsey estima que la mala gestión puede costar hasta 1,36 billones de euros anuales. Es imposible que una persona esté al tanto de todos los detalles al mismo tiempo, por lo que la Inteligencia Artificial se presenta como la aliada perfecta para optimizar este trabajo.

Este sistema ya lo utilizan gigantes de la construcción, como el británico Wates. Lo que se busca es, fundamentalmente, ‘tecnificar’ un sector tradicional, hacerlo más eficiente y reducir el riesgo de accidentes a cero.

arquitectura virtual

¿Podrá la IA sustituir a los empleados de la construcción?

El estudio Inteligencia artificial: la próxima frontera de la construcción de Mckinsey revela que el uso de las tecnologías de IA en el sector todavía es simbólico en comparación con otras industrias. La consultora comparó la construcción con doce sectores, como el turismo, el transporte o la automoción, y llegó a la conclusión de que diez de ellas estaban muy por delante. La construcción, a pesar de pertenecer a la industria manufacturera, utiliza tecnologías de control obsoletas.

La Inteligencia artificial ya se aplica, por ejemplo, en las excavadoras autónomas, capaces de realizar un trabajo mecánico con casi la misma destreza que los operarios que las manejan. Sin embargo, es muy improbable que la IA sustituya a los obreros a corto plazo. Se trata de un sector que depende mucho de la mano de obra y eso no va a cambiar hasta que no se halle una tecnología que posea la misma precisión que un ser humano.

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No obstante, sí va a facilitar enormemente este trabajo, porque las inspecciones de obras son lentas y laboriosas. El sistema Buildots posibilitará eliminar las tareas repetitivas y permitirá que los trabajadores se centren en las decisiones importantes. En lugar de tener que ir paso por paso comprobando que todo esté construido tal y como está dispuesto en el plano, una tecnología que puede hacerlo al instante y con una precisión milimétrica resulta muy práctica.

Además, esto supone una gran ayuda ante las restricciones impuestas para frenar el avance del coronavirus. Cuando las obras de construcción se paralizaron para los trabajadores no esenciales, los jefes de obra pudieron seguir la evolución de sus proyectos en remoto. Hoy, ante la posibilidad de restricciones más duras o de un segundo confinamiento domiciliario, este sistema podrá mantener cierto nivel de actividad durante los momentos más difíciles.

Por Jaime Quirós
Texto recuperado el 4 de noviembre del 2020 de es-us.finanzas.yahoo.com